El pimiento es probablemente uno de los alimentos más versátiles que podemos encontrar en nuestra cocina. Son buenos complementos en guisos, se preparan asados, rellenos, sirven de plato principal, de guarnición… Sin embargo, hablar de pimiento de forma genérica sería más que discriminatorio para una gran variedad de especies de esta hortaliza. Cuentan con multitud de tamaños, formas y colores, además de sabores. Verdes, rojos, naranjas, amarillos, dulces, picantes… De entre todo este batiburrillo te ayudamos a ponerle cara, al menos, a cinco de los más comunes en tus fruterías de confianza.
1. Pimiento rojo, verde o amarillo
Sí, hablamos de la misma tipología, pero con diferentes colores. El pimiento California puede encontrarse en estas tres formas y, en España, suele recibir el nombre de su color. Disponen de una forma cúbica y achatada que los hace ideales para prepararlos rellenos gracias a su composición ahuecada. Se trata de pimientos dulces que también son perfectos para comer asados, con o sin contenido en su interior.
2. Pimientos de Padrón
Quizás de los más famosos, aunque sean poco comunes en nuestra dieta diaria. Como todos sabemos “Los pimientos de padrón, unos pican y otros non” y es que por su composición es muy complicado diferenciar cuáles te puedes comer con plena tranquilidad o cuáles van a hacerte saltar de la silla, ya que no hay un patrón que los distinga. Todos son de pequeño tamaño y color verde y, como comentábamos, algunos ejemplares resultan ser picantes. Lo más común es freírlos secos a la sartén o prepararlos asados a la plancha.

3. Pimientos de piquillo
Se trata de una variedad producida en Navarra que posee denominación de origen protegida con los Piquillos de Lodosa, cultivados en ocho municipios concretos del territorio. Tienen una forma peculiar triangular y un tamaño pequeño y poco carnoso. Lo más destacable es la forma de presentarlos envasados en latas de conserva. Su piel dura y la poca proporción de carne justifica que la mayoría de recetas sean rellenos, aunque también se cocinan asados. Son buen complemento en diferentes tapas como la tortilla o una guarnición interesante para carnes.

4. Pimiento italiano
Esta tipología foránea cuenta con una forma alargada y bastante fina. Destaca su versatilidad, ya que se pueden consumir tanto crudos como cocidos. Lo más común es contar con ellos como un ingrediente más de nuestras ensaladas en crudo, que da una textura crujiente. O, en el caso de cocinarlos, su carne fina se puede aprovechar al máximo si los freímos, dando como resultado un intenso sabor. Además, dentro de las elaboraciones, podemos utilizarlos para guisos, como base de nuestro sofrito, en diferentes salsas o simplemente asarlos y disfrutar de su sabor y textura suaves.

5. Pimiento Lamuyo
Es una de las variedades más apreciadas y, seguramente, la que más a menudo aparece por tu nevera. Son pimientos de grandes dimensiones y carne gruesa y sabrosa. Se caracterizan por su color rojo vivo y su sabor dulzón, ideal para complementar multitud de recetas como parte de su sofrito. Comúnmente se consumen asados, pero también son aptos para ensaladas, tienen buenas dimensiones para rellenarlos o se pueden freír troceados para garantizar que se cocinan adecuadamente.