Pocos clásicos en el mundo de los postres como el yogur. ¿A quien no se le antoja algo dulce después de comer? Sin embargo, las alternativas azucaradas que ofrece la industria no siempre son la mejor opción en cuanto a nutrientes ni sabor. Cuanto menos tratados estén los productos mejores serán los resultados. En el caso del yogur, especialmente cuando se trata de sabores afrutados, no es una excepción. Si te apetece probar algo nuevo estas alternativas para darle algo de gracia a tus yogures te interesan.
Aquí no se venden motos y está claro que los yogures sin edulcorar no son muy atractivos, sin embargo, basta con encontrar su complemento ideal. Fruta natural, frutos secos, semillas… Lo mejor de añadir lo que quieras es que el sabor es completamente personalizable y adaptado a tus preferencias. Todas las opciones son combinables entre sí y se complementan aportando beneficios nutricionales, así como contrastes de sabores y texturas.
Cereales
No es un misterio para nadie que los cereales suelen llevarse muy bien con e yogur, sin embargo, no todos valen. Puedes correr a por los nuevos cereales integrales super saludables que vende tu super de confianza, pero al final su contenido en azúcar procesado seguirá siendo mucho mayor que si te decantas por opciones más naturales. Variedades como la avena, el centeno o la cebada nos aportan una buena cantidad de carbohidratos y energía. Su aporte de fibra y el bajo contenido calórico los convierten en un desayuno más nutritivo y sano que otros cereales basados en el mismo producto pero mucho más tratados.
Semillas
Las semillas cada vez están más de moda y no es para menos. Hay un mundo entero de posibilidades y además es un artículo que puedes añadir en cualquier plato. Basta con incluir una cucharadita de tus semillas favoritas en la preparación de tu receta para beneficiarte de su contenido en vitaminas, minerales y proteínas, así como en ácidos grasos insaturados.
La
chía contiene un 40% de carbohidratos, es rica en proteínas y minerales como el calcio, hierro o magnesio. Además, cuenta con vitaminas A, B1, B2, B3 y C. El sésamo contiene las semillas de
ajonjolí que aportan calcio, hierro y zinc. Por otro lado,
previene el colesterol en la zona intestinal. Puedes incluso mezclar estas variedades con las semillas de
amapola que fortalecen el
sistema inmune, previniendo de enfermedades.
Frutos secos
Añade algo crujiente en cada cucharada con la enorme variedad de frutos secos de la que dispones. Es complicado que no te convenza el sabor de ninguno, por si fuera poco, tienen infinitos beneficios. Añade un generoso contenido proteico a tu merienda o desayuno, incluyen grasas saludables para reducir el colesterol, son favorables para la salud de nuestro corazón…
Dentro de estas potentes fuentes de energía para gustos los colores. Puedes utilizar avellanas, trocear algunas
nueces, añadir
almendras al natural, incluso los
pistachos están en la lista.
Fruta fresca
El dulce natural por excelencia. Si a los más peques o los no tan peques se les hace bola comerla sola, la relación entre esta y los yogures es de beneficio recíproco. El sabor ácido del yogur natural se disipa y la textura de ciertas frutas se ve alterada para aquellos a los que no les guste tomarla entera. En cualquier caso, disfrutes o no de ellas, es sin duda la mejor de todas las opciones.
Cuentas con tantos
sabores como frutas hay y todas añaden un
dulzor natural delicioso. Puedes jugar con el
plátano, las
peras o el
kiwi si te apetece algo intenso. Por el contrario, variedades como las
manzanas tienen un sabor menos azucarado. Los
arándanos o
frambuesas cuentan con la ventaja de
no tener que trocearlos. Todas ellas con un buen aporte de vitaminas y nutrientes, antioxidantes naturales y fibra.
Fruta deshidratada
Quizás se trate de la menos común de las elecciones, pero si hasta ahora no estaba en tu foco, una vez que la pruebes no querrás encontrarte otros grupos en tu yogur. Si tuviéramos que destacar una única cosa de este producto sería su bajo contenido glicémico. Hay muchas frutas que se quedan fuera de la dieta de personas con diabetes debido a su contenido en azúcar, sin embargo, las deshidratadas son aptas para estos colectivos.
Su alto poder saciante nos ayuda a controlar nuestro consumo de calorías y, como sus hermanas en remojo, son
antioxidantes y cuentan con un alto volumen de
fibra. Todas las frutas pueden someterse a este proceso de secado ¿Qué significa eso? Exacto, otro enorme abanico en el que perderse: El
plátano, la manzana o el
mango son bastante típicos desde hace tiempo. Sin embargo, puedes encontrar
cerezas, fresas,
melón o
papaya dentro de esta variedad.