En ensalada, fritos, como ingrediente de un buen cocido, dando forma y textura a un hummus… Tanta versatilidad en un producto que esconde varias caras. No porque los garbanzos tengan secretos oscuros de los que avergonzarse, sino por la variedad de estas legumbres que existen para beneficiarse de sus valores nutricionales en cualquiera de sus formas. Estos son algunos de los garbanzos más comunes en nuestra cocina.

Garbanzos lechosos

Este tipo posee un gran tamaño, con formas irregulares, surcos y aplanadas por los lados. Se diferencia por su color crema pálido, alcanzando casi el blando. Goza de una textura firme y un sabor suave que los convierte en un alimento cotizado para guisos y potajes. Siendo los protagonistas de las recetas de cayos en Galicia. Contienen altos niveles de proteína, así como magnesio, y hierro.

Garbanzo Pedrosillano

El Pedrosillano destaca por su pequeño tamaño. Posee una forma redondeada con un pico pronunciado y un surco muy marcado que delimita la lisa piel de la legumbre en dos mitades. Tardan algo más en cocer por su textura, pero tienen una gran acogida en la elaboración de ensaladas, caldos o salteados. Además, aportan un sabor suave y delicado en las sopas y estofados en los que se emplean.

Garbanzo Fuentesáuco

Garbanzo originario de Zamora con un tamaño medio y piel semi rugosa. En seco posee un color marrón anaranjado y tras su cocción alcanzan una textura mantecosa y poco granulosa cuya piel se vuelve casi imperceptible. Es un tipo de garbanzo muy versátil, propio de estofados, carnes y cremas, aunque siempre abierto a dar su toque en cualquier receta.

Venoso andaluz

Es el garbanzo más típico de Granada, fácilmente reconocible por su forma alargada y dimensiones. Poseen una piel lisa con finas venas que forman surcos en la superficie y le dan su nombre. Su sabor es más intenso y acentuado, por lo que son perfectos para elaborados consistentes como cocidos y pucheros, sin hacerlos de menos para ensaladas, purés y cremas.

Chamad

Su principal distintivo es la curvatura de su pico. Goza de buen tamaño y una textura suave, así como su sabor, más sutil que el de sus compañeros. Es ideal para cocinar purés y cremas gracias a su textura.